Aprende a identificar si sufres el síndrome del nido
Es bastante común el nerviosismo en una mujer cuando está embarazada y se acerca la fecha del parto. Dentro de su mente surgen dudas sobre todo lo relacionado con el momento del recibimiento del bebé, y organizan todo para que esté listo a tiempo: hacen una limpieza profunda en casa, preparan la ropita, la habitación, la lactancia, accesorios, cuidados, etc, entre otros. Esto normalmente se le conoce como el síndrome del nido.
Si estas embarazada y tienes este mismo tipo de dudas o pensamientos, puede que estés sufriendo de este síndrome muy común al término del embarazo. Conoce a continuación qué es, la forma en que puede afectarte, etapa donde normalmente se produce, cambios físicos y emocionales, además de algunas recomendaciones sencillas.
Síndrome del nido
Conocido también como el instinto de anidamiento, el síndrome del nido es considerado como la hiperactividad que se genera finalizando el embarazo. Mayormente, son las mujeres primerizas las que se ven afectadas por el síndrome del nido, algo común que puede complicarse si no le prestamos la atención debida.
Cualquier embarazada puede verse afectada
No sólo las primerizas llegan a padecer este síndrome, prácticamente puede producirse en cualquier gestación. La futura madre se pone ansiosa al acercarse la fecha de parto, ya que desea tener todo listo para la llegada del recién nacido y, de manera consciente, elige estar ocupada casi todo el tiempo.
Esto le sirve de distracción ante las preocupaciones y los miedos que pueden desarrollarse al dar a luz. Generalmente, la embarazada tiene un incremento significativo de los niveles de energía y trata de canalizarla haciendo diferentes actividades dentro de la casa. Siente el impulso de tener todo a la perfección para el nacimiento del bebé.
Inicialmente el síndrome del nido no es algo negativo, pero es necesario recordar que en el parto la gestante debe estar descansada; esto puede ser un poco difícil cuando la futura madre ha pasado las semanas recientes limpiando y exponiéndose a ciertos riesgos que pueden ocasionarle algún daño.
Etapa donde se manifiesta el síndrome del nido
La etapa en la cual se manifiesta el síndrome del nido en la mujer embarazada es durante el último trimestre de gestación. Cuando el vientre de la madre ha crecido muchísimo es cuando suele darse este síndrome, pero puede que algunas mujeres no se vean afectadas.
Si eres una de las madres en espera de su bebé y estás experimentando el síndrome del nido, es necesario que actúes con precaución al momento de efectuar actividades que requieran levantamiento de objetos muy pesados, buscar cosas que requieran el uso de escaleras, etc, entre otros.
Cambios físicos y emocionales ocasionados por el síndrome del nido
Respecto a los cambios físicos, podemos señalar que este síndrome promueve una reacción de manera espontánea, como una manera de probar si el cuerpo de la futura madre está preparado y en forma para el momento del parto.
En cuanto a los cambios emocionales, el síndrome del nido es la manera en que la madre evade el miedo ocasionado por el nacimiento del bebé. Por otra parte, es una inequívoca prueba de su emoción y el interés por tener todo lo necesario para recibir su mayor tesoro: el bebé. No te preocupes si te sientes muy agotada, esto no quiere decir que sea poca o baja tu ilusión de ser madre.
Recomendaciones
El síndrome del nido no es algo que deba quitarte el sueño y tampoco preocuparte demasiado, simplemente debes tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para que la última etapa del embarazo no le reste tranquilidad al nacimiento del bebé.
- Identifica las prioridades: sabemos que la llegada de un hijo es un momento maravilloso y deseamos estar preparadas, pero no es necesario empapelar toda la casa y tampoco ordenar todos los roperos de las habitaciones. Simplemente debes dedicar todas tus energías para que tu casa esté limpia, porque es una prioridad.
- Nada de angustias ni de obsesiones: es fundamental tener lista la bolsa para el momento del parto en el hospital, pero esto no significa que debas obsesionarte demasiado. Recuerda que lo fundamental es cuidarte y descansar para que el día del parto estés tranquila.
- No dudes en pedir apoyo: cuando esperamos un hijo generalmente deseamos hacer todo lo posible porque el bebé tenga todo lo necesario. Esto puede convertirse en una tarea extenuante los últimos días, sobre todo porque el vientre ha crecido demasiado. Incluso las actividades en casa pueden superarnos, en este caso es fundamental pedir ayuda de amigos y familiares, ya que el no poder terminar tales tareas puede ocasionarte ansiedad.
- Cuidado con las lesiones: evita realizar sobreesfuerzos. Si necesitas alcanzar algún objeto que requiera una escalera, pide ayuda, pues lo mejor es evitar subir a una. Cuida muy bien tu postura y tampoco te subas a una silla porque puede ocurrir un accidente.
- Debes estar pendiente de los tóxicos: es necesario tener mucho cuidado y evitar tener contacto con barnices, pinturas, productos de limpieza, entre otros. Recuerda que este tipo de productos normalmente contienen sustancias químicas perjudiciales para la salud de ambos. Verifica cada una de las etiquetas de los productos y si vas a utilizar este tipo de productos procura utilizar alguna protección (guantes, por ejemplo).
- Controla tus fuerzas: sin importar que te sientas muy bien físicamente, debes tratar de controlarte y variar las actividades de casa o limpieza con otras tareas que requieren menos esfuerzo, como, por ejemplo salir a caminar, cocinar…
- Evita el consumo de picante, chocolate, café o té: si padeces del síndrome del nido es fundamental evitar las bebidas o alimentos estimulantes de este tipo, ya que el chocolate, el café, el picante y el té aumentarán el nerviosismo. Olvídate de estas bebidas y alimentos días anteriores al parto. También debes evitar los alimentos precocinados y demasiado condimentados, pues pueden alterarte.
- Aprovecha lo positivo del síndrome del nido: el síndrome del nido desencadena emociones y sentimientos que puedes aprovechar de manera satisfactoria. Procura pensar que se trata de un factor relacionado con tu instinto de madre, además de la ilusión de proteger y cuidar al pequeño. Además, debes recordar que lo más importante es tu tranquilidad.