Un poco de Historia
Si observamos desde tiempos remotos, el hombre se adaptó a vivir en lugares muy inhóspitos donde las bajas temperaturas lo hicieron buscar refugios y como mamíferos desarrollaron su capacidad de regular la temperatura corporal, lo que les permitió sobrevivir y construir un vínculo de apego entre sí y protección con sus hijos, e implementaron el modo de lactancia.
1800 años antes de Cristo, cuando revisamos el código de Hammurabi, observamos la existencia de una serie de normas donde se regula el servicio que prestaban las nodrizas, que son mujeres que amamantan a niños que no son sus hijos, regulando incluso la paga que recibirían por este servicio. Este era un trabajo que se consideraba muy honorable en Babilonia y en Egipto, y tenía sus regulaciones donde se indicaba que se podía amamantar a un niño incluso hasta los tres años de edad.
Las mujeres de la nobleza en la época del imperio romano escogían nodrizas, que eran elegidas por su régimen de vida, su dieta y un buen entorno, para que amamantaran a sus hijos.
También en Europa observamos la figura de la nodriza, ya que desde el siglo XIII al XIX las mujeres de clase alta no amamantaban a sus hijos, sólo las nodrizas, y muchas veces eran enviadas con los niños al campo durante sus dos primeros años. Incluso una nodriza podía amamantar a todos los niños de una misma familia.
En París en 1769 se creó la Oficina de Nodrizas, que era dependiente del gobierno, y esta actividad se convirtió en un buen negocio. Hoy por hoy ya sabemos la importancia para una madre de amamantar a su pequeño, y aún más la importancia de que el pequeño sea alimentado con leche materna.
La lactancia materna
La lactancia materna representa la mejor opción de alimentación a la que puede optar una mujer en el momento de ser madre. Representa un nexo único de interrelación entre el bebé y la mamá, es la gran oportunidad, una continuación de ese lazo maravilloso que nace desde el momento en que te enteras que estas embarazada. Va mucho más allá del nivel físico, es un nivel espiritual, es una fusión de almas.
Cada mujer lleva intrínsecamente el instinto maternal, de protección, de amor incondicional e infinito, que aflora en ese supremo instante en que te conviertes en madre, al observar ese ser que viene a través de ti.
De ahí que inmediatamente pensamos en la mejor opción de proteger aquel ser tan frágil que tenemos en nuestro regazo, queremos ayudarlo a crecer, a formarse y ahí es cuando la lactancia materna juega el mejor papel de todos.
Por todas sus propiedades, es el método más adecuado, tanto por los requerimientos del recién nacido como por todos los beneficios físicos y emocionales que se derivan de ella, permitiéndole la garantía de una vida saludable, además de ser la forma más cómoda y económica de alimentación materna.
Las diversas culturas han votado a favor o en contra de la lactancia materna. Por ejemplo, a las mujeres se nos ha indicado que la lactancia materna dañaría los senos, haciéndolos flácidos y poco atractivos para el sexo opuesto, razón por la cual muchas mujeres jóvenes se negaron a amamantar a sus hijos; por una cuestión de estética, de ego.
La mujer profesional de nuestros tiempos, debe separar sus roles de madre, esposa, trabajadora y enfocar cada área con mayor responsabilidad, no puede permitir que un rol anule el otro, de ahí que muchas legislaciones han introducido en sus reformas, leyes de protección a la mujer donde se le otorga mayor tiempo de reposo en los partos, para que pueda disfrutar de esta manera de un tiempo de calidad al lado del nuevo miembro de la familia y del entorno familiar como tal. Aunque todavía queda mucho camino por hacer.
¿Cuáles son los componentes de la leche materna?
La leche materna se caracteriza por ser una solución acuosa, rica en nutrientes, agua, vitaminas, anticuerpos, enzimas, lactosa, proteínas y minerales, además tiene una función inmunomoduladora. Las grasas forman un 50% de su composición e intervienen en la formación de mielina.
Entre las vitaminas que contiene se encuentran vitamina A, D, K, C y las del complejo B, además de minerales como el calcio, magnesio, sodio, potasio, fósforo…, que la convierten en un gran aliado para el crecimiento y formación del ser humano.
¿Cuáles son los beneficios de la leche Materna?
A continuación, enumeraremos una serie de beneficios que proporciona la implementación de la alimentación con leche materna tanto para el niño como para la madre.
- Gracias al calostro, que es la primera leche que le sale a la madre, el niño disminuye el riesgo de enfermedades infectocontagiosas. Este es el llamado elixir de vida, porque contiene los nutrientes más necesarios para el niño en el momento del nacimiento, y actúa como medicina preventiva, ya que sus componentes son los mejores y más efectivos contra cualquier eventualidad que se pueda efectuar en corto y mediano plazo.
- El sistema inmunológico del niño mejora así notablemente.
- Reduce el riesgo de infecciones en el lactante, producidas por manipulación.
- Reduce el riesgo de alergias y otras enfermedades del sistema respiratorio.
- Ayuda al desarrollo neurológico y visual.
- Favorece el desarrollo mandibular.
- Previene la incidencia de fracturas postmenopáusicas.
- El desarrollo físico, emocional e intelectual del niño se acelera.
- Se enriquece la vida familiar.
- Cuando existe la interacción entre madre e hijo, este aprende a confiar en los demás. Será un niño más seguro de sí mismo y más independiente.
- Hace que la digestión mejore en todos sus aspectos, por sus altos contenido de enzimas digestivas.
- Permite el desarrollo de la mucosa intestinal, ayudando a evitar reacciones alérgicas.
- Para la madre existe una recuperación más rápida después del parto.
- La fertilidad disminuye durante la lactancia.
- Reduce las probabilidades de contraer cáncer de mama y de ovario a futuro, en la madre.
- Ayuda a bajar de peso después del parto. Esto ocurre en la mayoría de los casos, aunque si os cuento el mío particular os diré que no sólo no bajo de peso, sino que engordo con cada lactancia. En el caso de la segunda hija, llevo 9 kg de más que espero se vayan cuando deje de dar el pecho.
- Propicia el ahorro, ya que es una manera económica de alimentar al niño.
- La comida siempre está lista, en cualquier momento y en cualquier lugar, a la temperatura perfecta.
- Las madres mejoran su humor, se sienten más felices.
- La depresión post parto se maneja con más seguridad.
La lactancia materna en España y Latinoamérica
Según un estudio realizado en la ciudad de México, la meta de muchas personas tanto médicos como organizaciones a nivel mundial, es que todos los niños sean colocados inmediatamente en el seno materno al nacer, para crear primero ese nexo invisible que dura para siempre, y que se puedan beneficiar, al menos durante los primeros 6 meses de vida, de este tipo de alimentación natural.
En Latinoamérica esta tasa es bastante alta comparada con otros continentes, del 58%, mientras que en Europa es del 36%. Ahora bien, el detalle es que estos niños no llegan a cumplir la meta de durar sus dos primeros años de vida con lactancia materna, y es por este motivo por el cual la obesidad ha ganado un puesto relevante en la salud de estos infantes.
Divulguemos la necesidad de mantener la continuidad de este tipo de alimentación hasta mínimo los dos años para garantizar mejores niveles de salud y mejores niveles de vida.
En España en los últimos años la lactancia materna ha aumentado manteniendo unos índices de 30 a 32% hasta los seis meses, pero de un 72% el primer mes, estas cifras las indica la OMS. Pero observamos una decadencia del porcentaje en el cuarto mes, cuando la madre se va a trabajar. No es lógico que la OMS recomiende la lactancia exclusiva hasta los 6 meses, pero que tengamos que incorporarnos al trabajo a los 4 meses.
En la sociedad donde vivimos debemos rescatar el tiempo de calidad para que las mujeres trabajadoras de hoy podamos disponer del tiempo necesario para amamantar. Las luchas laborales deben estar orientadas, entre tantas otras, a esta. Defendamos a las mujeres para que así cada una de nosotras nos sintamos apoyada, y disfrutemos de nuestro momento, y que no se nos presione ni se nos exija que vayamos a trabajar mientras nuestros niños están en edad lactante.
Debemos crear una sociedad más saludable, donde la medicina se dirija hacia la prevención y no sólo a la curación, logrando así garantías de mejores niveles de vida.