En la primera infancia algunos niños utilizan el chupete para calmarse o consolarse, incluso algunos niños llegan a usar el chupete hasta cumplir los cinco años. El chupete también podría servirle como un elemento para aliviar la tensión y de apoyo para adaptarse a nuevas situaciones.
Aunque no se puede negar los beneficios del chupete para relajar y tranquilizar al bebé, además de cumplir su necesidad no nutritiva de succión; debemos aclarar que el uso de chupete también tiene ciertos riesgos.
Chupete en el bebé
A través del chupete es posible sustituir ciertas acciones que, de manera natural, suelen calmar al bebé; principalmente la acción de mamar. Aunque el chupete no es un sustituto del pecho, sí tiene la capacidad de consolar al bebé cuando se encuentra en los brazos de la madre, sintiendo el calor y muy pegado al pecho.
En la mayoría de ocasiones el bebé siente que este objeto le brinda mucha seguridad y le sirve para calmarlo de forma instantánea.
El chupete se ha usado desde hace mucho tiempo, pero de manera diferente. En la antigüedad se usaba una muñequita de tela con agua azucarada, cuya principal función era tranquilizar y consolar al bebé. Incluso algunos niños requieren chupetear de forma continua o lloran. Al igual que en la antigüedad el chupete provoca en bebés alivio y tranquilidad.
Uso del chupete como herramienta de apoyo y no como sustituto
Es importante que la utilización del chupete no sea como sustituto parental. En momentos en que el bebé se encuentra muy angustiado o intranquilo, lo único que necesita el bebé es que lo tomen en los brazos sus padres, les consuelen y hablen con un tono de voz tranquilo. El chupete simplemente se puede suministrar como apoyo.
Debes saber que tu bebé requiere respuestas de afecto enriquecedoras y variadas, y por medio del chupete no lo conseguirá; simplemente calmará el llanto por un momento. Es fundamental que el bebé no se acostumbre a calmarse solamente con el chupete.
Para un excelente desarrollo emocional tu bebé necesita educarse para utilizar y recurrir a estrategias que enriquezcan su aprendizaje. Al recibir atención por medio de respuestas efectivas frecuentes a través de sus padres, el bebé consigue todo lo necesario para su desarrollo emocional. De esta manera, el bebé será capaz de establecer una base segura y confiada a nivel emocional, sobre la cual la vida afectiva se desarrolle durante las siguientes etapas de su vida.
Como padres es fundamental detenerse a reflexionar respecto a las ocasiones donde el bebé usa el chupete, si lo ofreces en casos donde el bebé puede prescindir de él, y si disminuyes la atención brindada al bebé en alguna ocasión al ofrecérselo. Si la respuesta es positiva, debes evitar en lo posible el chupete.
Ventajas y riesgos del chupete en bebés
No se puede negar que el uso de chupete en bebés es bastante común hoy en día. Los padres ofrecen el chupete a sus bebés como alivio y para calmarlos en algunas situaciones. Veamos enseguida cuáles son las ventajas y riesgos del chupete.
- Este objeto sirve de apoyo para pacificar al bebé, sirve para disminuir el estrés, le ayuda a conciliar el sueño, y también se usa para disminuir el dolor al momento de aplicar cualquier inyección, por ejemplo.
- El uso de chupete es altamente recomendado por la Academia Americana de Pediatría durante la noche y en la siesta, aclarando que no es necesario obligar a su utilización si el bebé lo rechaza.
- Gracias al uso del chupete el bebé está más protegido ante el SMSL (Síndrome de Muerte Súbita del Lactante). Aunque se desconoce el mecanismo, al parecer en el sueño tiene una función protectora para los bebés.
- En cuanto a los riesgos o desventajas del chupete, hasta que la lactancia no haya sido establecida no se recomienda brindar el chupete al bebé, ya que podría interferir en el proceso de manera negativa. Esto es que no se recomienda el uso del chupete en los lactantes hasta el mes de vida, aproximadamente. En cambio, si el bebé es alimentado por medio del biberón, el uso de chupete es recomendado desde el nacimiento.
- El chupete es un factor de riesgo de padecer infección del oído (otitis media). Si el uso es prolongado y muy frecuente, aumenta el peligro; pero si es al momento de dormir el riesgo disminuye de forma considerable.
El chupete y el dedo son hábitos no nutritivos de succión, los cuales están relacionados con los fallos en la forma en la que los dientes de arriba encajan con los dientes de abajo. Aumenta las probabilidades, cuando el hábito del chupete se extiende después del tercer año.
El chupete y los dientes
El uso del chupete favorece la formación correcta del paladar, y eso beneficia a la hora de empezar con el lenguaje, pero siempre y cuando no se prolongue en el tiempo, lo que tendrá justo el efecto contrario.
El chupete debería quitarse a partir del año de edad, porque su uso prolongado hace que deforme el paladar y favorece que tengan complicaciones relativas a las maloclusiones dentarias.
De igual manera, es una excelente idea informar al dentista pediátrico sobre el uso de chupete en el bebé. Además, al conocer sobre este hábito, el dentista puede hacer una revisión de la mandíbula y los dientes del bebé para verificar que no exista ningún problema.
Cuidados básicos del chupete
Es esencial cuidar de forma esmerada el chupete del bebé mientras lo utilice. Cuando el bebé deje caer el chupete, es necesario enjuagarlo.
Una vez por día, sumergir el chupete en agua jabonosa y caliente para enjuagarlo perfectamente. No es necesario esterilizarlo, pero si quieres limpiarlos a fondo puedes meterlos en el lavavajillas. También puedes utilizar una solución a base de 50% de agua y 50% de vinagre blanco durante algunos minutos, esto servirá para prevenir la aparición de hongos. Es fundamental dejar que seque bien al aire.
El niño nunca debe compartir con otros su chupete, ni siquiera con sus hermanos.
Verifica que la tetina permanezca unida al mango y que esté en buenas condiciones. Cuando la tetina comience a verse desgastada, es fundamental reemplazar el chupete. Recuerda que una tetina rota o que salga disparada puede ser un riesgo de asfixia para tu bebe.
Consejos sobre el uso del chupete
En mi caso, mis hijas nunca quisieron chupete. Con la primera lo intenté un poco más que con la segunda, pero os diré que si no lo quieren, no es necesario insistir.
La mayor nunca quiso el chupete, pero sí probó todos sus deditos hasta elegir cual era el que más le gustaba para dormir, y siempre que tenía sueño se lo metía en la boca. Mi hija dejó de chuparse el dedo con año y medio, cuando empezamos a decirle que era una chica mayor y ya no necesitaba eso para dormir. A veces, dormida, se lo metía inconscientemente, y nosotros se lo quitábamos, y la verdad que fue bastante fácil, pero pensábamos que nos iba costar mucho por la facilidad que supone tener el dedo siempre a su alcance.
Es cierto que quitar un chupete es más fácil que dejar el dedo, porque al ser un objeto puedes hacerlo desaparecer, pero os recomiendo que este momento no se os junte con otros como la llegada de un hermanito, el cambio de la cuna a la cama,… porque no deja de ser un duelo para el niño y hay que tratarlo con empatía y amor.
Tampoco me vale la frase de «es que sólo se calma con el chupete» porque entonces lo que está claro es que hay que enseñarle nuevas técnicas, porque no conoceréis ningún adulto que en plena discusión saque un chupete y se ponga a mamar para calmarse.
Y también hay que ver nuestro propios fallos, para poder corregirlos. Si el niño se tira 8 horas en la escuela infantil sin chupete, pero tú cuando le recoges vienes con el chupete en la mano, no es que a él le haga falta, es que sabe que tú lo tienes. Eso pasa igual en casa. Si está a su alcance lo usará más que si no lo está. Y si cada vez que llora, se lo damos sin más, lo que hacemos es crearle una necesidad.
Realmente el bebé requiere estar en contacto contigo, necesita ser acogido en brazos, ser acunado o que se le cante para calmarle, y que pueda experimentar el bienestar natural que requiere.